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El ruido en el trabajo es un agente físico contaminante, un sonido indeseable, incómodo, de gran amplitud, que puede ocasionar dolencias o interferencia en el proceso de comunicación, puede ser perjudicial para la salud de los trabajadores; uno de los principales
efectos es la pérdida de audición, pero también ocasionan dolor de cabeza, perturbación del sueño, alteraciones en los sistemas digestivo y circulatorio, bajo rendimiento, fatiga física, nerviosismo, falta de concentración, además de
hacer crecer los niveles de estrés y aumentar el riesgo de sufrir un accidente laboral.

El Reglamento de Seguridad y Salud de los Trabajadores y Mejoramiento del Medio Ambiente de Trabajo, en su artículo 55 establece que, para el caso de ruido continuo, los niveles sonoros, medidos en decibeles con el filtro A,
en posición lenta, estarán relacionado con el tiempo de exposición y de acuerdo con la siguiente tabla:

Existen formas de controlar y evitar el ruido:
• Interviniendo directamente en la fuente de ruido, eliminándola, sustituyendo la fuente por otra de menor contaminación, ajustando la maquinaria o sustituyendo sus partes para que genere menos ruido.
• Interviniendo en el medio de difusión, colocándole una cabina, aumentando la distancia de la fuente o colocando mamparas aislantes o insonoras para evitar la propagación.
• Finalmente interviniendo sobre el trabajador, generando turnos de trabajo para disminuir la exposición, capacitándolo sobre el riesgo de ruido y dotándole de equipos de protección adecuados y certificados.

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