Mientras transcurrían los años 1870 a 1970, los países europeos se disputaban la supremacía en una segunda revolución industrial, con grandes invenciones como la navegación a vapor, automóvil, la radio, la telefonía, el avión, el desarrollo de la industria bélica y en donde las organizaciones sindicales de la época ganaban espacio y reivindicaciones a su favor con la
creación de leyes de protección para el trabajador.
En Ecuador mientras tanto una incipiente industria derivada de las haciendas agroganaderas nacía, con una pujante sociedad del cacao en la costa que batallaba por mejorar
su producción y exportaciones, luego de la independencia y de la creación de la República como un Estado soberano en 1830, se evidencia una marcada diferencia regional entre
la costa y la sierra, sin embargo, las organizaciones gremiales de la época trataban de unirse en torno a mejoras laborales.
Es así que luego de casi 80 años, en 1909, en Quito se desarrolla el primer congreso obrero, en el cual por primera ocasión se discute la preocupación por los accidentes de trabajo y buscan impulsar una lucha para conseguir
indemnizaciones ante estos. Cuatro años después, en 1913, la asamblea obrera del Guayas, ante la elevada mortalidad de trabajadores, especialmente de la construcción del ferrocarril en la sierra, redacta el
primer proyecto de ley el cual su giere el cobro de una tasa del 0,1% al capital activo y el 1% de impuesto a la propiedad a todos los empleadores, con el objetivo de crear un
fondo común de compensación en caso de darse un accidente laboral. Mientras tanto, los empleadores pretendían dar solución al problema trayendo al país mano de obra haitian.
En 1920, se lleva cabo el segundo congreso obrero en guayaquil, en donde se crea la Confederación Obrera Ecuatoriana, y se habla sobre el derecho a la salud de los trabajadores, la reducción de la jornada laboral a 8 horas, asegurar las condiciones de trabajo, el pago de un salario digno y también se plantea continuar la lucha por la indemnización por accidentes de trabajo. Ocho años después de la elaboración del proyecto, el 30 de septiembre de 1921, se proclamó la Ley de Accidentes de Trabajo del Ecuador, beneficiando a los trabajadores y
presionando a los empleadores a mejorar la seguridad y el ambiente de trabajo para evitar posibles accidentes en la jornada laboral.
